Los misioneros españoles, en particular los franciscanos, trajeron a América la devoción por la Virgen María y su Inmaculada Concepción. En este sentido, un documento de 1673 manifiesta que otro escrito de 1626, que había sido quemado, hacia referencia que “en fecha anterior” (sin precisar fecha, pero que ciertos historiadores fijan en 1562), don Pedro Alonso Sánchez de Cepeda y Ahumada, hermano de Santa Teresa de Jesús (fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas), llegó a Nicaragua, al puerto de El Realejo (debido a que su barco estaba azotado por una tormenta), en el actual departamento de Chinandega con la imagen de la Virgen en su advocación de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, y de allí al pueblo de Tezoatega (hoy El Viejo). Los indígenas de la localidad no querían que se la llevara por lo que don Pedro la dejó allí y se fue del país. Es la Patrona Nacional de Nicaragua.
El origen de esta fiesta, en su versión nicaragüense, se remonta al año 1742 y surgió en la iglesia de San Francisco de la ciudad de León. El 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX promulgó la bula Ineffabilis Deus, en la que expuso y definió como “doctrina revelada por Dios y que todos los fieles deben creer firme y constantemente que la Santísima Virgen María fue preservada de toda mancha del pecado original desde el primer instante de su concepción, por gracia y privilegios únicos que le concedió Dios todopoderoso en previsión de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano” con lo que legitima el culto mariano.
El 7 de diciembre de 1857 monseñor Gordiano Carranza, desde el atrio de la Iglesia de San Felipe (en León), anima al pueblo a visitar casa por casa y a alzar sus propios altares a la vez de rezar, cantar y gritar a la Virgen. De León la fiesta saltó a Masaya, Managua y a Granada y de allí se extendió por todo el país.
Hacia mediados del siglo XVIII apareció una misteriosa caja flotando en las aguas del Lago Cocibolca frente a la ciudad de Granada, las lavanderas querían cogerla pero se alejaba cada vez que querían cogerla por lo que llamaron a los frailes franciscanos del Convento de San Francisco para ver el prodigio y al abrirla encontraron una imagen de la Virgen sosteniendo al niño Jesús, con el rótulo: "La Purísima Concepción para la ciudad de Granada"; según la tradición llegó por el río San Juan en dirección río arriba (o sea contra la corriente) desde el Castillo de la Inmaculada Concepción, que está en las orillas de ese río, en el actual departamento del mismo nombre.
La gritería de Penitencia
El volcán Cerro Negro, desde que nació el 13 de abril de 1850 ha hecho erupción varias veces atormentando a los habitantes de la ciudad de León Santiago de los Caballeros que se sitúa a escasos 25 kilómetros al suroeste del volcán en el occidente de Nicaragua.
Entre los meses de julio y agosto de 1947 hizo erupción y era tal la lluvia de ceniza sobre la ciudad que se acumulaba en las calles, los techos de tejas de las casas colapsaban y peligraba hasta la misma azotea de la imponente Catedral; no se podía respirar por lo que el obispo de dicha diócesis Isidro Augusto Oviedo y Reyes le prometió a La Bendita Virgen María, que en ruego por su intercesión ante Dios Todopoderoso, se celebraría «La gritería de Penitencia», conocida popularmente como "La gritería chiquita" para no confundirla con la del 7 de diciembre, sorprendentemente en la noche del 14 de agosto paró la erupción y desde entonces cada 14 de agosto (víspera de la fiesta de La Asunción de La Bendita Virgen María), se celebra esta fiesta religiosa popular propia de Nicaragua.
Actualmente la gritería se celebra en todo Nicaragua, pero cada lugar le ha dado modalidades diferentes:
Celebración de La Purisima en los años 80s.
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